AZULES
Azules de un atardecer sombrío,
los encendidos tonos solares
se van durmiendo sobre la almohada
del horizonte tardío.
La bóveda de un mar de azules
donde se posan las últimas luces
como gorriones somnolientos
es el espacio en el que acaricia
el cielo a la tierra.
Azul horizonte, alcanza la estela
de las estrellas, que despiertan
y se lanza sobre mí la noche,
como un túnel de brecha enorme.
Atardecer, azul de metileno
cicatriza la herida, se alivia
desinfecta el dolor de la piel,
nutrida de rojos intensos
que sueñan ahora en mi boca.
Trastornado por tus besos,
aulla el llanto,
como un lobo solitario
perdido entre la maleza.
Se adormecen y se apagan
los colores mas vivos del cielo
y la mirada se pierde
cuando el horizonte loco
ya no recuerda nada,
la nada lo incendia todo,
alejándose, alejándome
del sol que lo encendía.
Con el adiós en los labios
recorre el beso la orilla
por mi sonrisa, alejándose
mi sombra de tu nido
voy lejos, y me siguen
los azules que tiñen el viento.
Silban las siluetas oscuras
ciñendo el horizonte
de un traje negro inmenso
azules que se bañan en un mar
de sal espesa y somnolienta.
La sonrisa de la luna se ve iluminada
por azules reflejos de un cielo tardío
que guarda los secretos,
los últimos latidos de un atardecer
que te piensa, que huye a ciegas.
Transito por el camino
que recuerda tus pisadas
y lo único que se respiro
es humedad tardía.
Y lo único que se saborea
es soledad amarga.
Toda una paleta de azules
conversan con el frío cielo
conmigo, con mi silencio.
Escapan los cerúleos, cayendo a plomo
como una fina lluvia de interrogantes.
Escapan los azules ultramar, distancia enorme
que nos atrae, que nos aleja.
Escapo yo, por todos lados
Sobrepasando límites.
Se escapan estas sensaciones
y se escapa el día, ya sin tí.
Todo se vuelve azul sombrío
en esta fuga inevitable.
2008©Tila