Poesía que calma el aura.
Poesía que abre y cierra la herida
Poesía para el olvido , o no
poesía es la llave maestra de la vida.
OTRA VEZ
Otra vez no,
no quiero verlo,
ni dormirlo,
ni soñarlo, no.
Asirlo, echarlo sí,
a los perros hambrientos,
quiero deshacerlo
en carne viva,
deseo el abandono
de la prudencia aquí,
expulsarlo del paraíso
de mis días de trueno.
Otra vez no
No quiero tenerlo, no,
este barco a la deriva,
frente a mis ojos: tu ruina
pero veo pasar
esta nave de locos
en la tormenta enfurecida
y con ella todo a la deriva.
Veo flotar la perdida
semilla que floreció
enterrada de dolor,
a lo lejos te veo
y se despierta el olor
de la mentira.
No, otra vez, no.
Otra vez estoy así,
componiendo versos
cargados de desconcierto
a tientas atino, a quien
no esperó ya el destino.
No existe apenas el acierto
abunda el desconcierto
y apuntas al lado débil
de mi corazón abierto.
No, la razón no
entiende de esto,
descompongo la sabia
de los años muertos
del recuerdo, no.
No hay alivio,
pues esos días no tienen
ningún espacio tibio.
No es odio, no,
si, es dolor reformado,
trasformando el trastorno
que aun sueño el sueño,
de ese pasado sin retorno.
Otra vez te paseas
tras mi sombra
que es un camposanto
de recuerdos desvelados,
trastero del tiempo
trastienda de oleaje.
Otra vez merodeas
bajo mis pies firmes,
el barro que pisé contigo,
es ahora inestable
firme tierra quemada.
Pequeño te siento,
ridículo te desmiento
y siento un lamento:
la tristeza como un cerco.
Me pregunto como
se difuminó el exceso
de amor y paz
de un solo golpe seco
de luz oscura sideral.
Cómo se siente ahora el desnivel
a kilómetros del pedestal.
Me pregunto como
sobrevives ahora con otros
extraños seres,
si es que queda alguien
a quien engañar quizás..
Me pregunto como
esa estatua enorme
es tan ínfima y tan inerte
y tan infinito el desencanto
de su soledad abierta,
sin prisa, camina lenta
como estos versos,
hacia el ocaso de su vida.
No es odio, no
es beber hacia dentro
la sangre amarga, tuya
mezclada con la mía
batida piel enrojecida
y no saber porqué
se siente ahora tan fría.
No es temor, no
es temblar de rabia
cuando vuelves a empezar
con la ruina de la palabra
marchita y moribunda
recóndito espacio abonado
de verbos cargados
de vacío y veneno.
No se si es enfermedad
el insecto que muerde
tu latido, el impulso,
de bilis negra que llena
tu egoísmo fugitivo.
No se si olvidaste
la esperanza, la fortaleza
la bondad forjada que
se derramaron por la boca
en bocanadas de petróleo
vertidas en el mar
como vomito ahora
este paisaje de dolor.
No se si ves como
la enseñanza de aquellos días
es armazón compuesto
por hormigón armado
que enterró el amor dado.
Es herencia de sangre
el hereje que teje
un camino distinto al nuestro,
que la sangré derramó.
Es la paciencia de una lágrima
reseca que ya no tintinea.
ni se saborea su eco.
Mi espina dorsal
se desarraiga de tu costado
y sin embargo, aun los reflejos
torcidos de estos nervios
me impulsan a no olvidarte
quizás nunca…
La memoria si miente
y la herencia adquiere
un valor demasiado pesado
como para dejarlo atrás.
Otra vez no,
no volverá
defenderé mi huella
como un can alerta,
del hueso roído
que venderás,
a dentelladas
si es preciso.
Eres ensueño torcido
de la falsa fe
que propugnas,
pues no es nada
de lo que la nada
entreteje su nido.
Quiero dejar, así
el dolor desplazado
quiero vivir en paz
sin sombras azules
ni aroma de veneno.
Otra vez quizás si,
volverá tu ruina
a rodearme con sus musas
pero mi escudo
sigue siendo la vida
y los que me rodean
lo tuyo es la miseria,
tu gritas y la muerdes
a cada palabra tuya
en la mascarada que sigues.
porque ahora eres ya
todo mentira.
2010©Tila
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