viernes, 21 de noviembre de 2014

Canto Esperanza

Me encanta esta palabra, lo que significa y no me cansaré de conjurarla. Hoy que le quedan pocas horas a mis 31 años, desperté en un día nublado pero calurosamente extraño para ser otoñal,  me apetecía publicar algo así:


Canto ESPERANZA 

Hoy despierto, con el húmedo saber
en los labios de algunas cosas ciertas;
Con el buen sabor en la mirada,
llena de esperanza,
destellos de este mundo,
y se me abren los ojos
como discos platónicos.

El sabor de la espera madruga.
Esperanza, canal de sueños,
arrabal de tierra, arena roja.
Esperanza, arrojado asombro,
campo eterno, desfiladero,
fresco aroma de semilla,
arrozal de verdes infinitos.

Hoy despierto, si,
con el oportuno saber
de mi, de todas mis voces.
Completa soñadora, musical,
creadora, extraña, loca.
Impaciente colibrí rojo,
late su motor de hojalata
a mil pulsos por minuto.
En un mundo de arcoíris
el caos pierde los papeles
loco por hallar orden y concierto.

Hoy resuenan lejanos
los ecos de la muerte.
Tambores mudos,
silbidos de heridas ciegas,
inútiles rayos de dolor
sin espectro luminoso.
El dolor es hoy un animal viejo
extrañamente aletargado. 

¿Porque no cantar a la alegría,
ahora que aun podemos?
Sin importar el tiempo, 
lo que fuimos, lo que espera,
¿Porqué no seguir despertando hoy,
 luciérnagas y ráfagas de esperanza,
con nuevos ojos de mañana?

Teresa ML. 2014


sábado, 15 de noviembre de 2014

Paisajes de abecedario De la A a la E

-A-
Empecé por la primera letra:
Auténtica, amplificada
aura azul, animal libre,
como este verso.
Ascenso vertical de mis delirios
arista de deseo, anhelo
asilo político en sus huesos
arpón en el corazón.


-B-
Perdí la brújula
bebí el brebaje.
Bienintencionada 
la belleza y su brisa,
brumosa la barbarie.
Beligerancia en los gestos,

el beso, impronunciable.


-C-
Contigo, sin ti,
con la cóncava ilusión carcomida.
La curiosidad: cielo en fuego
continuamente en fuga
contengo la certeza
la constancia en la búsqueda.


-D-
Deseo, deliciosamente.
Hay días de toda derrota
doy todo, duele todo
das a penas, dime al menos
un día, que darías,
dame al menos
el delirio del dulce despertar.


-E-
Este estío perdido
este otoño encendido
entre algodones fríos
esta eternidad encontrada.

Lejos

Lejos,
atravesando las puertas,
en la cuna del Segura,
impresionantes vibran
verdes y frondosos parajes.
Se abren platónicas mis pupilas
y entona el paisaje vivo
un majestuoso rumor oceánico.

Donde su huella descansa
mi huella va errante.
Dejé caer como hojas
el equipaje en el camino,
a lomos de una alfombra
de otoño enajenado.

Con el fuego casi en la piel
la danza de las llamas
rehuían la tristeza y el desdén
lanzando al cielo los deseos,
como estrellas fulgurantes.

Asomados al universo
el agua embalsada era,
un enorme animal apaciguado.
Deliraban en la retina los colores
trinando el azul cielo, el ultramar,
convenientes turquesas, violáceos,
ciertos amarillos, cerúleos, tornasolados…

Paraíso donde no alcanzan
los aullidos de la civilización.
Donde se hace inmortal el momento,
donde hiberna tu animal de asfalto,
abandonando hasta tu propia sombra,
para que nadie siga nuestro rastro
en este balcón de sueños infinito.




T. Granada 29.10.14