martes, 2 de septiembre de 2014

Al rescate de escritos antiguos (2005-2007)

Sol de otoño
La homogénea alfombra gris acompaña el camino de hojas como un sendero estrellado.
Los matices casi fluorescentes contrastan con el duro asfalto tiznados por hilos de lluvia.
Los árboles lloran en un luto subido de tono, como el cielo en un lento despertar sin retorno.
(Granada,  2005)







Anda descuidado el jardín, ha llovido mucho desde entonces. Hojas amarillentas, desprendidas, se funden entre el suelo resbaladizo, mientras el agua se desliza entre surcos formando pequeños charcos.
Son muchos los recuerdos alimentados en esta parcela, creciendo como enredaderas que trepan hasta mis sueños. Solía nacer de ellas un pequeño brote de esperanza, pero descuidado  fue dejándose morir al no soportar más su existencia.
Sigo las  hojas y prolongando la mirada hacia el cielo, dejo llevar mis ojos hacia las nubes empapadas de un gris cansado.
Miro entonces hacia abajo, hacia la alfombra tupida de sombras sobre la que pisan mis pies inquietos. Sobre el firme suelo no puedo evitar estos recuerdos se posan en mis pies y huyen despavoridos como una rápida lagartija que se esconde en la grieta de cualquier muro. 

Pensé que había cosas que duraban para siempre. Qué ilusa: se corrompe antes una ilusión así que cualquier humano de este mundo. Como dicen Guns and Roses "...porque nada dura para siempre..."
(Granada, 2007)








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